RETO VOLUNTARIO 5
Para este reto final voluntario número 5 he elegido la
primera opción, relativa a la pregunta de qué podemos hacer nosotras a nivel
individual para mejorar e impulsar la igualdad entre mujeres y hombres, ya sea
en nuestro entorno laboral o social e incluso familiar.
En
mi opinión, y sin más preámbulos, sólo decir que lo primero que tenemos que
hacer para impulsar una acción de igualdad, (sea la que sea), es visualizarla
mentalmente. Es decir, tenemos que hacer un trabajo mental de pensar que es
algo que tenemos que hacer, acostumbrar y educar a nuestro cerebro, y eso se
hace primero cambiando el “chip” y haciendo un esfuerzo mental para que no se
quede en algo imaginario que está en nuestra cabeza hacer pero que no lo hago, que
está en nuestra predisposición hacer, pero que luego se queda sólo en nuestra
cabeza y no pasa a ser una realidad.
Esto mismo me lo aplico yo, ya que
reconozco que debido a la educación que hemos tenido, hay veces que hasta a mí
se me escapa.
Pero, ¿de qué estoy hablando? - os preguntaréis.
A lo que me estoy refiriendo y para no
dilatar más mi exposición, es al uso del lenguaje inclusivo.
Sobra decir que soy pro lenguaje
inclusivo porque me parece totalmente injustificable que no se visibilice en el
hablar a más de la mitad de la población mundial justificándolo en el uso de la
desafortunada regla llamada del
masculino genérico, que no deja de ser por otro lado, una regla establecida por
una Real Academia, una institución fundada en una sociedad totalmente
patriarcal y donde la mujer no pintaba nada, mucho menos iba a hacerlo en el
lenguaje.
Pero los tiempos cambian, las
sociedades evolucionan, y el lenguaje es algo vivo, que ha evolucionado desde
el español hablado en la Edad Media al español que hablamos en el S.XXI. Bueno,
no en todo, como explicaré.
Y digo que no en todo ha evolucionado,
porque aún hoy en día, con todos los cambios sociales que estamos viviendo, hay
un sector, tanto masculino, - y como en mi opinión increíblemente también, un
sector femenino -, que defiende que se siga usando esta regla anticuada, me
parece muy triste, la verdad. Y que se siga enseñando en los colegios y que
jóvenes lo conozcan y utilicen como algo obligatorio es un gran error a mi
juicio, porque no es obligatorio tampoco, sino una opción, (injusta, pero a fin
de cuentas, una opción).
Ya
vimos un vídeo en las píldoras educativas de nuestra tutora Irene y nuestro tutor
Adrián que me pareció muy significativo de lo que nuestros y nuestras jóvenes
piensan cuando se les habla en masculino genérico y que trasladaban en sus
dibujos, y es la figura de los hombres mayoritariamente cuando se les daba una
frase en masculino genérico.
No
olvidemos, que el masculino genérico es una regla, pero que lo que realmente
existe como parte de la gramática española, de nuestro idioma , el español, ese
que tanto defienden los que luego no lo usan en toda su diversidad porque ignoran
el femenino, lo que realmente existe como tal, es el género femenino. No es una
regla, es gramática pura y dura, y por tanto, en principio tendría que ser lo más correcto de utilizar. O si no, por lo
menos, no relegarlo a un quinto plano.
Me da mucha pena que teniendo un idioma
tan rico en expresiones, con una gramática tan completa que es capaz de reflejar
los géneros masculino, femenino y hasta el neutro, nos fijemos más en hacerlo
parecer como otros idiomas donde hay una misma forma para todos y todas. Pero
hacerlo, por motivos ideológicos, sin motivo ni justificación lingüística, como así creo que es, me
parece mucho peor.
Lo que en mi opinión subyace en
realidad, es la visión ideológica, la carga ideológica que por añadidura de
algún sector, digamos, no pro lenguaje inclusivo, se le ha dado al uso del femenino y a quien lo utiliza.
Si usas el femenino es que eres una
feminista progre… como poco y en los mejores casos.
Pero… ¿por qué se me debe de tachar como
persona con un calificativo político cuando simplemente lo que estoy haciendo
cuando hablo en femenino es usar mi idioma?
Y precisamente, por aquellas personas
que luego se llenan la boca con que el idioma español, o la banderita en la
muñeca es defender España y lo español. Para mí el español es otra cosa, es
hablarlo en toda su expresividad, y no porque sea para referirnos a las
mujeres, ya se le tiene que dar una carga política y se restrinja su uso porque
se está refiriendo a un colectivo que no les gusta visibilizar. Ahí en ese caso, el español por lo visto, no será supongo de su agrado entonces.
Es triste, pero es una realidad. LO QUE
NO SE NOMBRA, SE INVISIBILIZA.
Por ello, os cuento mi pequeña acción
individual. En mi trabajo, que casualmente somos todas mujeres, un día, viendo
el listín telefónico, donde se hacía referencia a mi servicio en masculino,
pensé “ ¿Pero por qué callarme , si precisamente somos todas mujeres, y tengo
que leer mi servicio en masculino?” Y educadamente, como no puede ser de otra
forma, solicité que cuando volvieran a mandar el listín telefónico, a poder
ser, cambiaran el nombre y nos lo pusieran en femenino. Cosa a la que tengo que
decir accedieron amablemente y sin ningún tipo de problema.
Esta mi pequeña acción por la igualdad en
mi ámbito profesional.
No obstante, intento hablar siempre en
masculino y femenino, y si sé la palabra inclusiva, pues usarla, no sólo en el
trabajo sino en mi vida social y familiar. Esto es como todo en la vida, cuando
lo usas y la gente te lo oye, pues empiezas a expandir la idea y que la gente
se vaya acostumbrando a oírlo y se generalice, tal y como pasa con otras
palabras que importamos de otros idiomas, y que bien poco cuesta usarlas e
incluso añadirlas a nuestro diccionario, (sí, qué poco le cuesta a esta Real
Academia añadir palabras nuevas basándose en su uso generalizado, cuando luego al femenino que es nuestro propio
idioma le ponemos tantas trabas y perjuicios para usarlo, o fomentando su no
uso.)
Bueno, sin ánimo de dar a mi pequeña acción por la igualdad ni a mi reto semanal ningún matiz político, que no es mi intención, únicamente he querido mostrar y expresar en este último reto que nos brindan nuestra tutora y nuestro tutor en este curso, mi indignación/opinión por este hecho. Pero también quiero expresar mi total esperanza en que esto, poco a poco y entre todos y todas vaya cambiando.
Y acciones como este cursillo y todo lo
que hemos aprendido en él, y nuestros comentarios y aportaciones en los foros, y el ver que muchos hombres, pienso que la mayoría, se unen a este reto por la igualdad, pues ayuda y mucho a que exista un cambio, ya sea lingüístico o social y que cada vez éste esté más cerca.
GRACIAS.
En mi trabajo, casualmente somos todas
mujeres. Y
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